Wednesday, August 3, 2016

¿Cuál es el resultado final de toda ambición?

Felipe Galindo

Acabamos de regresar de nuestras vacaciones de verano. Esta ha sido, por las siguientes razones, una de las mejores vacaciones de mi vida.

Primero, mi marido y yo nos fuimos bien preparados. Los viajes a visitar a la familia siempre son complicados; porque las familias somos complicadas, eso no necesita mas explicación. Pero esta vez, las habíamos conversado y, por suerte, entendido bien: como las familias somos complicadas, para este viaje,  C y yo planeamos estar en todo momento del lado de la nuestra, tratando al menos de no ponernos defensivos entre él y yo. 

Para eso, se necesita pasar tiempo juntos, pero no revueltos; como lo leerán a continuación.

Uno de los inconvenientes de vivir lejos de la familia, es que cuando uno se encuentra con ellos, se encuentra intensamente. Me explico: si mi marido y yo viviéramos donde viven nuestros padres, lo mas seguro es que les haríamos visitas de una mañana o de una tarde; como mucho, de un día completo. Pero cuando uno vive lejos, se queda. Y ya se sabe que cada familia tiene sus costumbres y sus pensamientos, y ponerlos a convivir día y noche, noche y día, es complicado. 

Por lo tanto, esta vez planeamos estar solo un par de días en la casa de mis suegros y luego alquilar una casa en la playa, para pasar allí un tiempo. Lo cual resultó divinamente; porque por primera vez pude convivir como una adulta con mis cuñados, sin la vigilancia de otros adultos (mis suegros), y como las niñas ya están grandes, se pudieron quedar solas con ellos; que también es justo, porque para un abuelo tiene que ser muy incomodo estar con sus nietos, bajo la sombra de sus papás siempre. Al fin y al cabo, todos estamos hechos de lo mismo, materia prima humana.

Pues en este viaje, me pude relajar. De ida paramos en Nueva York, y de regreso en Washington D.C. Dos ciudades distintas, cada una con su propio encanto. 

Con la novedad de las elecciones presidenciales, Washington habla de política y derechos humanos con cada paso (dos de mis temas favoritos). A pesar de su congestión, Nueva York tiene un pulmón en "Central Park", y otro en las cafeterías y las calles de Greenwich Village y de Soho. Washington es una mezcla de lo que tiene de amplio, limpio y organizado Miami, con lo que tiene de rico e interesante Montreal. Nueva York fue residencia de Frida Kahlo, de Kati Marton, y de Uma Turman durante el rodaje de "Motherhood". En Nueva York viven Gretchen Rubin y Jeannette Walls. Por otro lado, quedarse en hoteles tiene la comodidad de dejar las camas sin tender, y encontrarlas "como por arte de magia" recién tendidas; jabones y aceites hierbales, y servicio de restaurante en la habitación.

La playa fue maravillosa; porque la playa es maravillosa y lo cura todo. Pero además, tuvimos la suerte de que hiciera mucho calor y de que el agua estuviera caliente, como el mar de Cartagena.

Todo eso estuvo muy bien; sin embargo, regresar a Montreal, es regresar a mi hogar. Para una mujer que no es aventurera, para un alma que encuentra su máximo alivio en lo conocido y familiar, el hogar es, como lo dijo Samuel Johnson, "el resultado final de todas mis ambiciones, el final al que tienden todas mis empresas y labores".

We are home!

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